lunes, 2 de octubre de 2017

El Poder de la Visualización

Créditos: Tim Vanderhoydonck (Unsplash.com)

Hoy quiero compartir cómo descubrí la técnica de la visualización de forma casual y como la he incorporado en mi vida.

Esta historia sucedió hace ya bastantes años. Por entonces no había leído nada sobre ella ni sabía ni siquiera que existía esta técnica. Fue el invierno que fui a la nieve por primera vez.

Con un grupo de amigos alquilamos un monitor que nos estuvo enseñando a esquiar. Después del primer día, me fui al hotel sabiendo hacer cuña y poco más (por no decir nada más). Básicamente bajaba en línea recta dejando el peso en uno u otro pie, pero no esquiaba en diagonal haciendo giros sobre las rodillas (como se esquía, vaya).

El segundo día ya no teníamos monitor y sería el último día en las pistas. Esa noche, acostado en la cama pensé que había tardado muchos años en ver la nieve y no sabía cuando la volvería a pisar (por entonces no nevaba en Murcia). Y pensé, que al día siguiente, yo quería esquiar.

Sin ninguna pretensión, me pasé toda la noche pensando en cómo se esquiaba: te pones más o menos en diagonal y cuando quieres girar levantas un poco una pierna y dejas el peso en la otra, acompañando el gesto con un giro de cuerpo o rodilla (esto no pretende ser una clase de esquí técnico).

Me pasé la noche, imaginando una y otra vez cómo se esquiaba. Y digo imaginando y no recordando, porque ese día solo había bajado en línea recta haciendo cuña. Ni siquiera había intentando descender de este modo. Es más ni siquiera tenía la certeza de que se esquiara así.

Al final, me dormí y al día siguiente, ya en la pista de esquí, me propuse poner en práctica lo que hay estando visualizando la noche anterior.

No salía de mi asombro cuando descubrí que sabía esquiar. Estaba haciendo lo que me había pasado toda la noche imaginando y daba resultado. Estaba esquiando. Mis amigos estaban igual de sorprendidos que yo. ¿Cómo lo has hecho? A mi también me parecía igual de imposible que a ellos.

Ese día aprendí el poder que tiene la visualización y cómo podemos beneficiarnos de ello.

Créditos: Karolina Grabowska (Kaboompics.com)

¿Cómo se explica esto? Eso tendrán que respondérnoslo nuestros amigos de Webpsicologos, pero a falta de su respuesta me quedo con que nuestro cerebro cree que lo que pensamos es verdad, y por eso mismo lo podemos engañar.

Si visualizamos una situación, nuestro cerebro la vive como si fuera real. Una persona a la que le da miedo las arañas, si le dices que se imagine en una habitación llena de arañas, seguro que lo pasará mal.

Pues bien, se trata de utilizar esto en nuestro beneficio. ¿Estoy nervioso? Me imagino en un lugar tranquilo y relajado. ¿Tengo miedo? Me imagino en un lugar seguro y resguardado. ¿Me dan pánico los aviones? Me imagino al piloto y copiloto haciendo sus funciones correctamente. ¿Tengo insomnio? Me imagino descansando plácidamente…

En última instancia, la visualización me ha enseñado que nosotros somos quienes manejamos y gestionamos nuestros pensamientos y no al revés. Es cierto que no elegimos ideas que nos vienen a la mente, pero siendo conscientes de que podemos gestionarlas, podemos alejar de nuestra vida todas aquellas que no nos sean beneficiosas para nuestra salud sustituyéndolas por otras de nuestro agrado.

¿Y tú? ¿Usas la visualización?
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